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Una
bendición especial para ti. Clamo al Dios del cielo que te bendiga, que te haga
sonreír en este momento, que te llene de su fuerza y de su poder para que tú
hagas de este día el mejor de los días. Dios está contigo, Él es la garantía de
que vas a poder, Él es la garantía de que vas a vencer; vamos, vamos a meterle
fuerza, vamos a meterle ganas, no nos dejamos vencer por los vientos en contra,
no nos dejamos desesperar por las olas que amenazan voltear nuestra barca;
recordamos que Jesús de Nazaret es el Señor y que ha vencido el mal, y que el
mal no tiene poder sobre Él; que Jesús nos ayuda a vencer y ser definitivamente
hombres y mujeres que viven felices, y viven contentos por todo lo que pueden
realizar. Oiga, hoy les recuerdo, que siempre hay viento en contra, que siempre
hay problemas pero además, que tenemos la alegría de Dios, la fuerza de Dios,
la inteligencia de Dios, el amor de Dios, para superar esos problemas. Yo se
que lo vas a hacer, yo se que tu puedes superarlo, yo se que tu puedes
vencerlos, yo se que tu puedes salir adelante. Hoy te animo, hoy quiero
contagiarte de ánimo, hoy quiero contagiarte de ganas de vivir, de ganas de
luchar; hoy quiero que te seques esas lágrimas y digas: “Yo puedo”, hoy quiero
que te seques esas lágrimas y digas: “Yo puedo”. ¿De acuerdo? Muy bien.
Hoy quiero
continuar con el relato, bueno, lo mandó a la otra orilla, despidió a la gente,
subió al monte a orar, la barca va en la mitad, la barca está agitándose, va
caminando sobre el mar mostrándonos quién es Él, mostrándonos cuál es su poder
y mira lo que pasa ahora, capítulo catorce de Mateo del versículo veintiocho en
adelante (Mateo 14, 28 en adelante):
. ː̗̀†ː̖́ . Pedro le dijo: “Señor si eres tú mándame
a ir a ti sobre las aguas” Él le dijo ven. Pedro saltó de la barca y fue hacia
Jesús andando sobre las aguas, pero al ver la fuerza del viento, se asustó y
como empezaba a hundirse gritó: “Sálvame Señor”. Jesús le tendió la mano, lo
agarro y le dijo: “Hombre de poca fe ¿Por qué has dudado?” Cuando se subieron a
la barca, el viento se calmó y los que estaban en ella se postraron ante Él diciendo:
“Verdaderamente tu eres el hijo de Dios.”
Yo creo que ese relato de Pedro que lo trae Mateo nada más,
ese relato de Pedro es precioso porque nos enseña cuál es la otra orilla de los
discípulos, la otra orilla de los discípulos es caminar sobre las aguas, es
vencer el mal que es la manera de entender ese gesto, vencer el mal. Nosotros
estamos llamados a vencer el mal, nosotros no estamos llamados a vivir con
miedo, nosotros no estamos llamados a decir no puedo, nosotros no estamos
llamados a decir no soy capaz, nosotros estamos llamados a vencer el viento en
contra, a vencer las olas y a alcanzar la santidad que es el ideal de nuestra
vida.
¿Qué nos pasa? Que nos asustamos, como Pedro. Mira, el
relato es hermoso, Pedro salta de la barca y comienza a caminar sobre el mar,
venciendo el mal, pero siente la fuerza del viento y se asusta y comienza a
hundirse, y eso es lo que más nos pasa a nosotros, nos asustamos mucho, vivimos
la vida con miedo, vivimos la vida creyendo que no podemos, vivimos la vida
creyendo que no somos capaces y así no se puede, y así no se puede.
Hoy quiero que tengas claro eso, que nosotros no podemos
construir la vida con miedo; si construimos la vida con miedo vamos a
hundirnos, porque el miedo nos descontrola, porque el miedo nos hace perder la
visión, porque el miedo nos hace perder todo y comenzamos a hundirnos y el mal
es fuerte.
Claro que hay viento en contra, claro que hay viento en
contra; yo sé, lo he padecido, lo he vivido no solo en mi ministerio presbiteral
sino en mi vida diaria. Ojalá fuera fácil. Como papá, como mamá, como hijo,
como hija, como esposo, como esposa, tú vas a experimentar viento en contra,
seguro, yo lo he experimentado como hermano, como hermana, como amigo, como; los
roles que cumples en la sociedad. Pero también lo he experimentado en mi
ministerio, no es fácil, no es fácil. Y ¿qué hacemos? Nos asustamos, nos
metemos debajo de la cama, no; tratamos de decir qué es lo que queremos en la
vida, yo particularmente todos los días decido qué es lo que quiero en mi vida,
el día que no quiera esto sino quiera otra cosa pues seguramente lo haré,
seguramente lo buscaré pero nosotros necesitamos entender que no podemos vivir
con miedo, no podemos vivir con miedo. Vivir con miedo nos lleva a fracasar,
vivir con miedo nos lleva a sufrir, vivir con miedo nos lleva a no gozar la
existencia.
Hoy, Pedro, nos muestra que si podemos vencer el mal, que
si podemos vencer el mal, pero en el nombre de Dios y teniendo nuestra mirada
en Él, que no podemos dejar que el miedo se apodere del corazón porque nos
hundimos. ¿Cuántos de ustedes por miedo no han podido salir adelante? Hoy
quisiera invitarlos a pedirle fe a Dios.
. ː̗̀†ː̖́ .Señor danos fe, danos la fe
suficiente en Ti para vencer el mal, para caminar sobre el mar de nuestras
dificultades, para no tenerle miedo a tantas situaciones, y a tantas objeciones
que nos toca enfrentar. Confiamos en Ti, creemos en Ti, esperamos en Ti; somos
tuyos y estamos seguros de que Tú nos amas, de que Tú no nos dejas. Señor,
ayúdanos, Señor ayúdanos y danos fuerza para vencer, y danos fuerza para
ganarle a las dificultades, y ganarle a todo lo que nos hace creer que no somos
capaces. Estamos contigo y contigo podemos salir adelante, estamos contigo y
contigo vencemos las dificultades y vencemos los problemas. Ánimo, danos ánimo
Señor y ayúdanos a estar contigo siempre. Amén, amén y amén.
Pbro. Alberto Linero Gómez.
(Agosto 31- 2017)
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Para
ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo: