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Pido al Dios de la vida que te bendiga en este momento, estamos juntos iniciando una nueva jornada, una nueva semana, un nuevo día y lo hacemos con la certeza del amor de Dios. El amor de Dios nos da seguridad, nos da fuerzas para seguir adelante. Sabernos amados nos ayuda a tener claro que somos valiosos y nos ayuda también, a sentirnos acompañados en la vida. Él nos ama, El te ama y quiere que tú seas feliz; por eso hoy te invito a sonreír, por eso hoy te invito a seguir adelante, por eso hoy te invito a creer y a confiar. Este es un día de bendición y clamo al Dios del cielo que te fuerza, que te de claridad mental, que te de decisiones y que te haga feliz en todo lo que tú debes hacer en éste día.
Una parábola que me encanta, una parábola que me fascina es la del capítulo trece de Mateo del versículo cuarenta y cinco al versículo cuarenta y seis (Mateo 13,45-46), son dos versículos preciosos y yo quiero volver a hablar de esa parábola, muchas veces les he hablado de ella.
. ː̗̀†ː̖́ . “El reino de Dios es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra."
Me fascina esta parábola porque nos ayuda a entender que somos hombres y mujeres dignos, valiosos; si, con la imagen de perla preciosa, de perla fina, lo que se nos está diciendo es que nosotros somos muy valiosos, es que nosotros somos dignos, es que nosotros somos hijos de Dios y tener claridad en eso, nos ayuda a nosotros a vivir de una manera responsable, nos ayuda a vivir de una manera grata, porque cuando uno se sabe valioso, cuando uno se sabe digno, entonces uno construye una vida de acuerdo a esa creencia.
Muchos han destruido su vida porque no saben cuánto valen. Muchos han dejado que otros lo pisoteen, que otros los maltraten porque no saben cuánto valen. Otros no han podido construir bien la historia, porque se sienten poca cosa y al sentirse poca cosa, toman los caminos más equivocados. Hoy yo te quiero insistir a ti que estás ahí y que compartes conmigo este momento, tú eres valioso, no puedes permitirle a nadie que pisotee la dignidad en nombre de nada, ni de nadie.
En estos días que converso en un programa de radio, El Panel, con amigos; una de mis contertulias insiste mucho en lo malo de la condición humana, constantemente está hablando de lo terrible que es ser humano y yo no creo eso, siempre me parqueo del lado distinto y le digo “Lo lamento, yo tengo la mejor percepción de la condición humana.” Creo que los humanos tenemos posibilidad de hacer muchas cosas malas, pero creo que tenemos la posibilidad de hacer muchas cosas buenas y creo que el Dios de la vida nos hizo buenos, y creo que lo que nos define de verdad es ser buenos; por eso es necesario que aprendamos a sentirnos valiosos.
Muchas veces en casa, muchas veces en nuestra crianza nos enseñaron a creer que no éramos valiosos; a través de palabras ofensivas, a través de gestos ofensivos, a través de abandono, a través de tantas situaciones, nos hicieron creer que nosotros no éramos valiosos y lo aprendimos, y muchos eso es lo que expresamos en nuestras relaciones interpersonales, el sentirnos poco valiosos y eso nos lleva a que no trabajemos bien, y eso nos lleva a que no construyamos unas buenas relaciones afectivas. Y eso nos lleva a que aún en la amistad, a que aún en las relaciones espontáneas, no seamos gente valiosa, no nos comportemos como gente valiosa, no nos proyectemos como personas que saben que valen mucho. Hay gente especializada en maltratar, hay gente especializada en hacer sentir mal al otro, hay gente especializada en meterle miedo al otro, en manipular, en aprovecharse del otro; hay mucha gente que vive así.
Yo quisiera que hoy nosotros tuviéramos claro que esas personas para poder hacer lo que quieren hacer, necesitan nuestro permiso. Claro, si él quiere maltratarme, para que lo pueda hacer yo le tengo que dar mi permiso, yo le tengo que dejar que me maltrate, porque él lo puede querer mucho, pero si yo soy claro, si yo soy una persona con dignidad y se poner la distancia, y se poner las barreras del caso, y se decir “no”, te aseguro que no podrá. Lo que pasa es que esas personas están acostumbradas como el felino, como la leona, que ve pasar mil Ñu y ataca a una y tu sabes que hoy se ha comprobado que la tacatá es la más débil de la manada, no ataca a la más fuerte, su capacidad de estar ahí al acecho le hace medir fuerza, le hace medir todo y termina atacando a la más débil. Pues hay personas que funcionan así, llegan a un lugar y a ese que no le sostiene la mirada, atacan. A esa que se siente tímida y no sabe qué hacer, a esa atacan. No, en la vida uno tiene que proyectarse con amor propio, en la vida uno tiene que proyectarse con dignidad y tiene que saber que uno vale mucho; no valgo más que nadie pero tampoco valgo menos que nadie. “No, es que yo tengo más títulos que tu” Bueno, no hay problema pero igual somos lo mismo de valiosos. “No pero es que yo soy un viejito que he leído mucho y que se mucho y que me le la paso haciendo cosas en Twitter porque se mucho.” De acuerdo y te valoro eso pero n eres más que yo ni me siento menos valioso que tu; así de simple.
No olviden la parábola, la parábola es hermosa:
. ː̗̀†ː̖́ . “El reino de Dios es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.”
Ojalá hoy tú sepas que el Padre Dios te ha encontrado a ti y que por ti ha dado todo, dio a su hijo en la cruz porque tú eres de gran valor. Por eso me gusta tanto la canción de Jon Carlo “La perla preciosa”, búscala, me gusta, por eso, porque nos enseña que valemos la sangre de Cristo, no valemos cualquier cosa.
¡Ánimo! Ánimo que Dios está contigo. Ánimo que Dios te quiere feliz. Ánimo que Dios no te quiere solo.
Pbro. Alberto Linero Gómez.
(Agosto 28- 2017)
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Para ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:También les comparto el enlace para la canción de Jon Carlo "La perla preciosa" mencionada por el padre Linero...
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