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Una
bendición especial para ti, que el Dios de la vida te llene de su paz, clamo al
padre de Nuestro Señor Jesucristo para que te bendiga en este momento, en este
instante en el que iniciamos nuestra jornada, en este instante en el que
iniciamos nuestro nuevo día. Que Él nos ilumine para que sepamos tomar las mejores
decisiones. Que Él nos de fuerzas para ser perseverantes en nuestras búsquedas.
Que Él nos de su consuelo para vencer esos sentimientos de tristeza y de dolor
que podemos tener. ¡Ánimo! Dios está contigo, es Dios quien te bendice en este
momento y es Dios quien te permite seguir adelante; Él no te deja, Él nunca te
abandona, pero tampoco te defrauda. Ten claro que cuando uno confía en Él, que
cuando uno cree en Él, Él lo ayuda a uno, lo bendice y lo saca adelante. Por
eso hoy quiero saludarte de manera especial y quiero invitarte para que abras siempre
tu corazón y que al iniciar pongas todas tus acciones, todas tus actitudes en
las manos del Señor y le digas: “Señor, yo soy tuyo, yo te pertenezco, yo
confío en Ti, yo creo en Ti, yo espero en Ti”, y que inicies el día con la
certeza de su amor, y que inicies el día con la certeza de su bendición y
quieras vencer toda dificultad y todo problema.
En estos
días hemos estado trabajando el tema del maltrato. Definitivamente tenemos una
tendencia natural a dejarnos llevar por la ira, a dejarnos llevar por esas
reacciones negativas que tenemos; pero además, en nuestra crianza, en nuestra
infancia, hemos podido aprender que el maltrato es una manera de relacionarnos
y es una manera de solucionar los problemas. Por eso no me extraña que haya
mucha gente que use el maltrato en sus relaciones.
Nosotros
tenemos que ser categóricos, contundentes, desde la experiencia de Dios, desde la
experiencia de Jesús de Nazaret no podemos aceptar ninguna actitud, ninguna
palabra, ninguna acción que implique maltrato. Y cuando hablo del maltrato
agresión, intimidación; todo lo que vaya en contra mía, todo lo que me degrade,
todo lo que me dañe lo entendemos como maltrato. Insisto, no podemos bajo
ninguna circunstancia aceptar una acción, o una actitud, o una palabra que nos
dañe y que nos haga sentir menos de lo que somos. Eso es fundamental
Pero
segundo, quisiera también entender que muchas veces se hace una lectura
equivocada de la Palabra, se hace una lectura que no corresponde de la Palabra;
los textos se lateralizan, los textos no se entienden en su contexto histórico,
en su contexto cultural y mucha gente usa a Dios para justificar su maltrato.
Mira,
estoy pensando en los papás que hacen un ejercicio de crianza donde hay maltrato
y donde algunas veces hay maltrato verbal, donde algunas veces hay maltrato
emocional, donde algunas veces hay maltrato físico. Y muchas veces me he
encontrado que me citan textos del Antiguo testamento, de Proverbios que
pertenecen a un momento de la cultura, a un momento histórico y que realmente
no tendrían porque asumirse como revelación absolutamente, porque lo que es la
verdad de salvación es el sentido, es la significación; no es las costumbres.
El Papa Francisco lo ha insistido en el texto de Evangelii Gaudium, ahí está
claramente; también el Papa Benedicto lo insistió en su encíclica sobre la
biblia y obviamente el Vaticano segundo con Dei Verbum. Cuidado, Dios no es
maltratador, Dios no justifica ningún maltrato y no podemos construir la vida,
tratándonos mal diciendo “Así lo hizo Dios” porque no es cierto. Mucho menos
aquel texto que hay que leerlo, insisto, en la visión teológica de Jesús que
saca a los mercaderes. Primero, sólo el evangelio de Juan dice que usó un
látigo, pero segundo, no dice que el látigo golpeo a las personas. Cuidado con
eso.
Es importante que nosotros no justifiquemos
desde nuestra fe, que nosotros no justifiquemos desde la percepción de Dios el
maltrato, a ninguna persona, mucho menos a las mujeres, mucho menos a los
niños, mucho menos a las personas débiles y frágiles; a nadie.
A mí me
preocupa mucho el maltrato físico, evidente ¡Uf! Hay noticias en mi país que me
escandalizan, hay experiencias aún cercanas que a mi particularmente me
escandalizan, que me dicen: “Dios mío qué está pasando”, donde las personas se
han descontrolado, donde las personas llenas de violencia agreden a seres que
dicen amar. ¡Cuidado! Eso no está permitido, eso no puede pasar.
Segundo,
hay maltrato emocional, de gente que lo manipula a uno, de gente que lo hace
sentir mal a uno, de gente que busca la manera de urdir en el alma de uno, de
hundir su puñal en la dignidad de uno.
Y hay
maltrato verbal, hay gente que sólo sabe decir malas palabras y que sabe decir
cosas peyorativas.
Pero también hay un maltrato sutil, ese
maltrato que a veces es imperceptible pero que está ahí, y que daña y que causa
heridas profundas. En las relaciones de parejas por ejemplo hay hombres y
mujeres, miembros de la pareja que dicen por ejemplo, se aprovechan de la
inseguridad de su pareja para, tu sabes, y cuando la pareja me dice me duele,
entonces dicen “Era un chiste” y se molestan. “¡Ah! Es que contigo uno no se
puede jugar.” Es que con esas cosas no se juega, con esas cosas no se juega.
Pero digo
más, cuando hacen expresiones como “Esto tiene que quedar bien hecho, lo voy a
hacer yo” Qué me estas ¿descalificando? ¿Estás diciendo que no soy capaz? A ese
maltrato también hay que tenerle cuidado.
No podemos
aceptar ninguna acción de maltrato, en el nombre del amor no se puede
justificar el maltrato. Quien tiene fe, quien vive cristianamente, quien vive a
la manera de Jesús, tendrá que ser claro en no aceptar ninguna manifestación de
maltrato, no tengo por qué. Y es necesario responder ¿Cómo se responde? Con
inteligencia, con sabiduría, con firmeza, con serenidad y si es necesario a
través de la ley, y si es necesario, a través de la ley; de otra manera no se
puede, de otra manera no se puede. ¡Cuidado! Porque la violencia no se responde
con violencia, porque si lo hacemos, terminamos generando más violencia y terminamos
sufriendo lo que no es necesario.
Entonces
les invito a revisar este tema, les invito a tener cómo seguir adelante y cómo
vivir de una manera diferente. No se dejen maltratar y a las personas que
sienten que son maltratadores, busquen ayuda profesional, busquen ayuda
espiritual; hay que desaprender todo eso que aprendieron y que hoy les está haciendo
ser esa persona monstruosa que están siendo. Hay que desaprende, se puede
desaprender, no me digan que no, se que lo podemos hacer y vale la pena que
desde ya comencemos a trabajar, y vale la pena que desde ya comencemos a
reflexionar en torno a eso, para poder salir adelante y para poder vencer todas
las dificultades que tenemos, todos los problemas que tenemos y entonces sí,
poder sonreír y poder estar contentos.
Pbro.
Alberto Linero Gómez. (Agosto 25- 2017)
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Para
ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
🎵Feliz☀día🎵 Dios Padre nos ama, nos bendice; es un Padre
amoroso y misericordioso que se nos presenta en la suave brisa. Que Él nos
permita no dejarnos envolver por esas reacciones negativas del maltrato y nos
impulse a vivir a su manera, amando, respetando, perdonando y sirviendo a los
demás.☺
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