martes, 22 de agosto de 2017

El sacramento del matrimonio / La experiencia de los eunucos. (Mateo 19,3-12)

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 “Iniciamos este día con mucho ánimo, iniciamos este día con alegría, iniciamos este día con muchas fuerzas porque Dios está con nosotros, porque Dios nos impulsa y porque Dios nos dice “Ánimo, tu puedes”, porque Dios nos invita a dar lo mejor, porque Dios nos acompaña y porque estamos seguros que si Él está con nosotros, saldremos adelante, porque si estamos seguros de Él vamos a vencer dificultades y vamos a resolver problemas; no tengas miedo, Dios está contigo. No te desanimes, Dios está contigo; eso sí, haz las cosas bien, se inteligente, se mesurado, toma buenas decisiones y déjate guiar por Él y verás que todo sale como tiene que salir. Dios no te abandona, Dios no te deja, eso lo tienes que tener claro, Él constantemente te está bendiciendo, Él constantemente te está impulsando a que tú hagas lo mejor.

Y quiero poner un tema que me está rondando la cabeza desde el viernes, el viernes pasado nosotros leíamos el capítulo diecinueve de Mateo, leíamos el capítulo diecinueve y allí yo creo que hay dos temas para desarrollar hoy, desarrollarlos con tranquilidad, con serenidad y seguir adelante.
El primer tiene que ver con el matrimonio, el sacramento del matrimonio; es el capítulo diecinueve, versículo tres al versículo doce (Mateo 19,3-12) Yo les decía en esa oportunidad, que está claro que hay una dinámica sacramental en la unión del hombre y la mujer que bendice la iglesia, es un sacramento Creo que ese texto nos permite entender esa unión como un sacramento, una unión que se da siempre en el amor, porque creemos que el amor del hombre y la mujer hace presente el amor de Dios. Eso es un sacramento y decíamos que el ideal es que sea para toda la vida, que el ideal es que sea para siempre y decimos que cuando tenemos ese ideal entonces nuestras actitudes y nuestras acciones están orientadas a cumplir ese ideal. Que importante eso, lo que decimos es, claro,  si el ideal es vivir amándonos y vivir felices como esposos para toda la vida, entonces nuestras actitudes y nuestras acciones están en función de ese ideal.
 Creo que eso necesitamos pensarlo y necesitamos entenderlo porque lo que me encuentro a diario es todo lo contrario, gente que tiene como ideal amarse para siempre, pero sus actitudes y sus acciones niegan la posibilidad de realizar ese ideal, es decir, dicen que van para Barranquilla pero cogen como quien va para Cali. Se tienen que perder, no llegan. ¿Y cuál es el camino? El camino está expresado con los verbos, con las formas verbales del relato; dejará, se unirá y llegará a ser. He hablado varias veces de ese tema aquí con ustedes porque creo que es la dinámica sacramental de los esposos, y creo que tienen que vivir una experiencia de unidad, una experiencia de fe en esos tres verbos.
1°Dejará, no hay unión sin dejar, sin renuncias. Claro, muchas parejas fracasan, muchas parejas tienen dificultades en sus relaciones, porque no quieren renunciar y hay que renunciar a algunas cosas, siempre. ¡Ah que estas renuncias son fáciles! ¡Ah que aquellas son más complejas! No sé, pero siempre hay que renunciar, ¡Ah pero que yo tengo que renunciar a poco! No sé, pero siempre hay que renunciar. Decidir vivir con otro, decidir construir con otro un proyecto común, un proyecto de vida, exige algunas renuncias; no podemos negarlo, exige algunas renuncias y esto hay que tenerlo así de claro. ¿Cuáles? Por ejemplo, ya no puedes vivir la vida de manera egoísta, esas aptitudes egotistas que tú tenías ya no las puedes tener, ya tienes que pensar el mundo también en función de aquel o de aquella que te acompaña en tu proyecto de vida.
2° Unirse. Y para mí el unirse supone conocerse, aceptarse y amarse que es siempre una dinámica, que s siempre una acción, que es siempre un siéndose; nos vamos conociendo cada vez más, nos vamos aceptando cada vez más y nos vamos amando cada vez más; no puede ser de otra manera, no puede ser de otra manera, porque si no te conozco, si no te acepto, no puedo amarte y no puedo amarte si no me esfuerzo en los procesos cotidianos, en los procesos diarios.
3° Llegar a ser. Tener un proyecto común, un proyecto que construyen entre los dos, un proyecto por el que luchan ambos, un proyecto en el que ambos ponen. Si, aquí los dos ponen es como cuando uno jugaba… Todos ponen, aquí la pareja pone, esto no es un trabajo sólo de ella o de él, es de los dos,  es de los dos y es fundamental, y es fundamental entenderlo esto,  un proyecto un sueño ¿Qué quieren llegar a ser? ¿Qué quieren llegar a vivir? Y los dos tienen que luchar por eso.
Las relaciona veces se acaban porque definitivamente, oye hay algunos quieren vivir colgados de los otros, o hay otros que se echan a las espaldas; no esto tiene que ser un 50-50, un 100-100, los dos damos todo y los dos construimos todo para construir ese proyecto y llegar a ese ideal que queremos.
Ahora, se que algunos ya han pasado por experiencias de separación, no se pueden sentir rechazados, no se pueden sentir abandonados de Dios, porque Dios no rechaza, ni abandona a nadie, al contrario tienen que sentirse invitados a organizar su vida sacramental, a organizar su vida con coherencia sacramental. Amoris Laetitia nos lo ha enseñado, el Papa Francisco ha insistido en eso, y le ha pedido a los obispos y nos ha pedido a nosotros los sacerdotes tener todo una pastoral de la misericordia con eso, que ningún separado vuelto a juntar se sienta rechazado porque eso no es el plan, eso no es lo que quiere Dios, Dios no rechaza a nadie. Hay cosas que ya no se pueden cambiar y tu y yo tras del ideal, cercenarle la vida a los demás; apoyémosle, ayudémosle a encontrar caminos que en el derecho canónigo siempre los hay, porque el derecho canónigo está al servicio de la salvación, no olviden eso.

Pero ese evangelio de Mateo capitulo diecinueve, versículo tres al versículo doce terminaba con la experiencia de los eunucos que es lo que Vaticano II usa para explicar el celibato, que yo creo que es un don especial. Yo soy de los que creo que en algún momento tiene que ser una experiencia opcional porque creo que teológicamente hay diferencias entre la vocación el don vocacional y el don del celibato, creo que son experiencias distintas; conozco gente que tiene el don de la vocación y no creo que tenga el don del celibato; y conozco gente que tenga el don del celibato y no tiene la vocación. Entonces yo creo que eso algún día va a cambiar, estoy convencido de eso, creo que teológicamente se puede hacer, pero lo importante es mostrar aquí que el celibato tiene un sentido y lo explica el evangelista, Mateo, a través de una experiencia de su época, de la cultura; dice “Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre” Es decir hay personas imposibilitadas para casarse por su condición. Dos, dice: “Hay eunucos que fueron hecho eunucos por los hombres”  y se refiere fundamentalmente a los que cuidaban los harenes de los reyes que para evitar cualquier situación los castraban. Pero tres, dice: “Hay eunucos que se hacen eunucos por el reino de los cielos” y a mí me gusta agregarle ahí por amor al Reino de los cielos, ah y yo creo que está ahí el don del celibato y yo creo que tiene un sentido la vida celibataria.
 Insisto creo que en algún momento en nuestra iglesia que es sabia y desde el magisterio creo que se puede, en algún momento esas dos cosas se van a separar, pero también entiendo que siempre va a haber hombres y mujeres célibes, es decir hombres y mujeres que hayan dedicado su vida completa su vida total a Dios.
En estos días tuve la experiencia de una hermana salesiana, la hermana Sor Cristina o sor Cristi Vargas; la aprecio mucho, la quiero mucho, la vi desde niñita, hija del Mono y de Momi y ya acaba de hacer los votos perpetuos con una disposición a Dios, con una entrega a Dios, con un regalo a Dios que me parece genial, de hecho se va a la misión concretamente y eso me emocionaba, esas personas, esos dones siguen existiendo por la Gloria de Dios, para la Gloria de Dios.
Pbro. Alberto Linero Gómez.  (Agosto 22- 2017)
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Para ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:


🎵Felizdía🎵 El Señor nos ama, nos bendice y su Palabra es portadora de mensajes llenos de bendición para todos aquellos que abren el corazón y desean seguir su vida, vivir como el Señor vivió y como Él desea vivamos ☺

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