miércoles, 23 de agosto de 2017

Nuestro valor absoluto debe ser Dios.

                       ❤. ː̗̀†ː̖́ .

 Dios te bendice, Dios te llena de su alegría, Dios te llena de su gozo, Dios te llena de su paz. Aquí estamos como todos los días dispuestos a recibir la bendición de Dios. Aquí estamos como todos los días con el corazón atentos a Él, queremos juntarnos para pedirle que nos bendiga. Nos juntamos tu y yo y le pedimos a Él que nos bendiga, que nos dé el mejor de los días, que nos ayude a sonreír hoy, que nos ayude a enfrentar las dificultades, a enfrentar los problemas y a ganarle a tantas situaciones adversas que experimentamos.
Oye, Dios no nos deja, Dios está constantemente bendiciéndonos, Dios está constantemente dándonos fuerzas para seguir adelante.
Ayer estuve pensando todo el día en Gedeón, en ese joven que recibe una misión extraordinaria, una gran misión, enfrentar a los madianitas, liberar a su pueblo y me quedé pensando en él porque él como muchos de nosotros cree que su limitación es un obstáculo para poder realizar la misión. Muchos de nosotros creemos lo mismo, como nos sentimos limitados, como nos sentimos frágiles, creemos que no podemos, creemos que no vamos a ser capaces y resulta que siempre podemos porque Dios está con nosotros y si nos llamó, Él es consciente de nuestras limitaciones y si nos dio esa misión, Él que es consciente de nuestra limitación, nos dará la fuerza para salir adelante. Se lo digo a mis hermanos presbíteros, a mis hermanos diáconos, a mis hermanos obispos, a mis hermanos seminaristas; que pueden estar pasando momentos difíciles, momentos de preguntas, momentos de crisis, momentos de no saber qué hacer, momentos de no saber cómo vivir, momentos en los cuales nos podemos sentir desbordados por la misión, desbordados por la tarea. Dios nos da fuerzas, Dios nos da ánimo y Dios nos indica el camino, no dudemos de eso, no dudemos de eso, Dios siempre, si dejamos, nos llena de su poder y nos hace seguir adelante.
Estoy pensando en los esposos que tal vez están diciendo como Gedeón “No podemos, no somos capaces.” Bueno, si hay disposición, si hay actitud, si hay compromiso, seguro pueden, seguro pueden.
Pero también estoy pensando en los padres de familia que a veces se sienten desbordados por los problemas de los hijos, por las situaciones de los hijos. Dios nos da fuerzas.
O los líderes que están frente a una empresa, frente a un trabajo y creen que no pueden. ¡Claro que podemos! Dios no nos deja, Dios nos bendice y Dios nos llena de su amor y Dios nos llena de su paz y Dios nos llena de su alegría. ¡Ánimo, ánimo que Dios está con nosotros!

Yo quisiera que tomáramos el evangelio porque ayer por centrarme en Gedeón no pude compartir con ustedes el evangelio y quisiera leerlo hoy y compartirlo con ustedes en este primer momento. Mateo, capítulo diecinueve, versículo veintitrés, al versículo treinta (Mateo 19,23-30). Es la continuación del texto de ayer que leímos verdad, en la primera parte. Dice así:
. ː̗̀†ː̖́ . “Dijo Jesús a sus discípulos: «Creedme, difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.»
Entonces le dijo Pedro: «Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos toca?»
Jesús les dijo: «Os aseguro: que cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.»
.”Palabra del Señor”
Oigan mis hermanos, me emociona este evangelio primero porque lo tenemos que leer de cara a las bienaventuranzas, de cara a lo que el Señor ha proclamado en el monte. Está claro que el discípulo sólo tiene como valor absoluto a Dios, está claro que el discípulo tiene como prioridad el Reino, no puede tener otra cosa; desde ahí es que hay que entender esta Palabra, nuestro corazón le tiene que pertenecer totalmente a Dios, Él tiene que ser el primero. Por eso me encanta tanto la canción de Joan Sánchez cuando dice “El Rey de mi vida, el número uno en mi corazón.” Porque se trata de eso, cuando tu le dices Si al Señor, cuando tu aceptas seguirlo, cuando tu aceptas ir tras de Él, entonces tu vas a entregarle todo tu corazón y tu vida estará al servicio de Él. De hecho eso es lo que hace Santa Rosa de Lima y todos los religiosos, vivir para Dios, completamente, totalmente. La expresión de que les será muy difícil a un rico entrar en el reino de los cielos se tiene que leer desde esta premisa que acabo de compartir con ustedes. Dolorosamente los ricos creen que el dinero es lo más importante, dolorosamente los hombres y mujeres que han logrado conquistar cosas, creen que eso es lo más importante y hacen que todo lo demás dependa de eso, y hace que todo lo demás esté al servicio de eso. Termina siendo su Dios. Cuántos hermanos conocemos que el dinero termina siendo su Dios, que el dinero termina organizándole la vida, que el dinero termina diciéndoles que tienen qué hacer y cómo tienen que vivir.
Oiga, nosotros hoy tenemos que entender algo, si nuestro corazón le depende a las cosas que tenemos, si nuestro corazón está lleno del dinero y nuestro valor absoluto es el dinero ¿Cómo vamos a entrar en el Reino de los cielos? ¿Cómo vamos a poder amar a Dios? Seguro que no podremos, seguro que le será más fácil a un camello entrar por esa puerta estrecha de las murallas que es la aguja, que a nosotros. Te lo juro ¿Por qué? Porque es que para poder acceder, para poder entrar, para poder recibir ese don ese regalo, necesitamos tener el corazón libre, necesitamos tener un corazón dispuesto a Dios, donde Dios es el primero, donde Dios es el número uno, donde Dios es el dueño. Si no es así ¿cómo? Por eso no se puede servir a dos Señores y por eso el que le sirve al dinero termina no sirviéndole a Dios, y por eso el que termina haciendo de la fama y el poder su gran Dios, termina alejándose del Dios de Jesucristo y  hoy es un cuestionamiento, no se trata vivir como empobrecidos, no, todos tenemos que vivir dignamente y todos tenemos que luchar por tener un estado de bienestar digno, realizados; pero tenemos que ser capaces de amar a Dios sobre todas las cosas y entender que el criterio primero es Él y entender que el criterio fundamental es Él. Sino ¿Cómo? sino ¿Cómo? Ese es el problema.
Pbro. Alberto Linero Gómez.  (Agosto 23- 2017)
                     ❤. ː̗̀†ː̖́ .
Para ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
🎵Felizdía🎵 Dios Padre nos ama y nos bendice, Él debe ser el número uno en nuestro corazón, el Rey de nuestra vida y debemos amarle por sobre todas las cosas. ☺

No hay comentarios.:

Publicar un comentario