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¡Hey! Una
bendición especial. Aquí estamos como todos los días para cargarnos con la fuerza
de Dios, si, para cargar el corazón con la fuerza de Dios, para sentir la
misericordia de Dios y para salir adelante. Hoy va a ser un día de bendición,
por eso quiero que lo inicies sonriendo, por eso quiero que lo inicies creyendo
que todo va a salir bien, llena tu mente de pensamientos optimistas, llena tu
corazón de esperanza porque Dios está contigo, porque Dios no te deja, porque
Dios no te abandona y porque Dios te impulsa para que salgas más que vencedor.
¡Ánimo! Ánimo que el Dios de la vida te bendice, ánimo que el Dios de la vida
te llena de su alegría y te llena de su paz. No tengas miedo que Él no te va a
dejar solo, no tengas miedo que Él te va a levantar en victoria. Vamos, vamos a
meterle muchas ganas a este día, vamos a trascender a cada una de esas
dificultades que estamos experimentando.
Hoy
quisiera reflexionar con ustedes en torno a una definición de amor que el otro
día alguien compartió conmigo, esa persona me decía que los vínculos afectivos
debieran estar marcados por tres características o por tres acciones:
1.- Por el
consentir.
2.- Por el
cuidar.
3.- Por el
dejar ser.
A mí me
gustaron, entonces hoy quisiera comenzar con esa primera realidad que debe
tener toda relación afectiva, de amistad, de pareja, de amigos; que se yo. Debe
primero consentirse, claro, y cuando a mi me hablan de consentimiento (la
palabra costeña es pechiche), cuando a mi me hablan de consentimiento, yo inmediatamente
pienso en la ternura. Nuestras relaciones interpersonales deben estar marcadas
por la ternura. Si, a la gente se le debe notar en sus palabras, en sus
actitudes y en sus acciones, que me ama. Si, la ternura es fundamental, no
pueden haber vínculos afectivos sanos si no hay ternura, Si tu vínculo afectivo
está marcado por la brusquedad, por el maltrato, yo no creo que allí haya amor
de ninguna manera, de ninguna especie, el verdadero amor siempre está expresado
en ternura. Con los amigos hay que ser tiernos, con los amigos hay que tener
palabras y acciones de ternura. Ni se diga las relaciones de pareja que ustedes
tienen, ni se diga las relaciones de esposo que ustedes construyen; hay que consentir
a la otra persona, que la otra persona sienta que es importante para ti, que la
otra persona valore que tu estas concentrado en ella, que tu quieres que ella
disfrute, que tu quieres que ella sonría, que tu quieres que ella la pase bien;
que tu quieres que él sonría y se sienta amado, sin ese consentimiento las
cosas no funcionan porque en las relaciones afectivas siempre hay apertura de
corazón, o tiene que haber apertura de corazón, y no puede haber una verdadera
apertura de corazón si no hay ternura. Para mí la ternura es la llave que abre
las puertas del corazón. Si no hay ternura uno tiene derecho de tener trancado
el corazón y con doble tranca. ¡Claro! ¿Por qué abrirle el corazón a quien se
presenta agresivo, a quien se presenta ofensivo, a quien se presenta como quien
me quiere hacer daño? No tengo porque, tendría que estar poco sano para
hacerlo. Pero cuando esa persona expresa ternura verdadera, muestra el poder transformador de la ternura,
entonces sí, mi corazón de par en par, mi corazón se abre totalmente para recibirá
a esa persona y para recibir sus manifestaciones de amor.
Consentir.
Y ahí vendrían muchas preguntas, la primera ¿Tus relaciones afectivas están
marcadas por el consentimiento? ¿Eres tu alguien que consientes? ¿Eres tu
alguien que se deja consentir? ¿Tus relaciones afectivas propician espacios en
los cuales la otra persona puede expresar su ternura? Porque a veces somos tan
críticos, porque a veces somos tan distantes de los demás, que casi castramos
la ternura del otro, evitamos que el otro exprese con tranquilidad todo lo que
siente. Hoy quisiera que reflexionaras eso. ¿Eres tu capaz de consentir a quien
está cerca. Y consentir tiene que ver con palabras agradables, consentir tiene
que ver con actitudes, con caricias, con estoy atento a ti. Consentir tiene que
ver con actos de servicio, quiero que sonrías. A veces consentir tiene que ver
con diferir mi placer en función tuya. A veces consentir tiene que ver con que
me trago algunos sapos por ti. A veces consentir tiene que ver con ceder para
que tú que eres mi amigo, amiga, mi esposa, esposo estés bien.
Oye ¿Cómo
está tu capacidad de consentir? Yo recuerdo un hecho en un libro que me encanta
“El amor en los tiempos del cólera” de García Márquez. Me fascina la relación
de Fermina con Juvenal ¿Te acuerdas esa relación de Fermina con Juvenal? ¿Te acuerdas
que la primera pelea que tienen es por un jabón? Recuerdo yo que Juvenal dijo
que no había jabón y Fermina asegura que si. Y Fermina fue tozuda, pero tozuda que
a Juvenal después de estar un tiempo bravos, le tocó aceptar que había jabón
cuando realmente no había, porque Fermina fue tozuda, no iba a reconocer su
error, no iba a reconocer aunque sabía que se le había olvidado, semejante
falla para ella. Y yo decía, ahí falta consentimiento, ahí falta esa ternura, la
ternura que permite decir “Oye si me equivoqué” y la ternura que le permite al
otro decir “No importa, no importa, bueno te equivocaste, perdí la paciencia,
me hizo sufrir un momento pero tú eres demasiado valiosa, o demasiado valioso
para mí.” Yo creo que eso hay que recuperarlo en las relaciones, en todas las
relaciones. Sin ternura no se puede vivir.
Yo lamento
que la gente desprecie la ternura, yo lamento que la gente crea que la ternura
es debilidad cuando no hay nada más fuerte que la ternura, lo que la ternura
consigue no lo consigue nada, te lo juro. La dinamita no puede conseguir lo
quela ternura consigue. La ternura consigue que alguien me ame, la dinamita no,
lo mucho que hará la dinamita es destruirme o hacer que yo te tenga miedo, pero
que yo te ame no en cambio expresiones de ternura seguramente me van a hacer
amarte profundamente.
Entonces
la primera característica o la primera realidad de esas relaciones afectivas,
es consentirse, tratarse bien, hacer sentir bien al otro y para ello la gran
herramienta es la ternura. Hazle sentir a tu amigo, a tu amiga, a tu esposo, a
tu esposa, a tu hijo, a tu hija, a tu hermano, a tu hermana; que tú la amas,
que es valiosa para ti esa persona, que estas pendiente de ella y que por eso
tienes palabras chéveres, y que por eso tienes palabras agradables y que por
esto tu le conscientes, esté interesado en su vida, y que estás interesado en
que disfrute y pueda sonreír.
Mañana
trabajamos las otras dos, o trabajamos una más y el miércoles otra pero hoy,
vamos a luchar por saber consentir a las personas que amamos, sin hipérboles,
sin leyendas; con serenidad y con tranquiloidad.
Pbro. Alberto Linero Gómez.
(Septiembre 04 - 2017)
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Para
ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
🎵Feliz☀día🎵 Dios Padre nos ama con un amor puro, misericordioso
y tierno, Nosotros al igual que Él debemos amar de la misma forma. Debemos ser
tiernos y consentidores en nuestras relaciones interpersonales. Con el amor y
la ternura conseguimos más que con un grito o una actitud violenta, agresiva y
prepotente.☺
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