martes, 5 de septiembre de 2017

El cuidarnos y cómo debemos cuidar a las personas que nos importan.

                        ❤. ː̗̀†ː̖́ .

 Iniciamos este nuevo día pidiéndole al Señor que nos bendiga. Si, necesitamos a diario la bendición de Dios, necesitamos a diario que Él abra su mano poderosa y derrame sobre nosotros su gracia y derrame sobre nosotros su presencia y derrame sobre nosotros su poder. Nosotros necesitamos ser bendecidos y por eso le decimos en este momento:

. ː̗̀†ː̖́ . Padre Dios, en el nombre de tu hijo Jesús, te suplicamos que nos bendigas, te suplicamos que nos des salud, te suplicamos que nos des unidad familiar, te suplicamos que abras caminos de prosperidad para nosotros, te suplicamos que nos acompañes en cada una de las acciones que tenemos que realizar. Todo lo ponemos en tus manos, todo lo ponemos en tu Presencia porque nosotros Señor creemos en Ti, confiamos en Ti, esperamos en Ti.
Gracias Señor por bendecirnos, gracias por darnos tu alegría y gracias por darnos tu paz. Amén, amén y amén.

Ayer hablábamos del consentirnos, decíamos que un vínculo afectivo, es decir, una relación de amigos, una relación de esposos, una relación de pareja estaba marcada primero por el consentimiento, por el consentir a la otra persona y ayer hablábamos de la ternura, nos referíamos al poder de la ternura y a la necesidad que los seres humanos tenemos de la ternura. Hay que consentirse los unos a los otros, no tengamos miedo de ser tiernos con las personas que amamos, al contrario, que se note a través de la ternura, a través de la caricia que esa persona es muy importante para nosotros.

Pero segundo, hoy quisiera hablar del cuidarnos porque es fundamental, hay que cuidarse. Mira, nosotros de alguna manera cuando entablamos una relación, trabamos una relación con alguien, nosotros estamos diciendo que esa persona nos importa, que esa persona nos interesa, que esa persona es valiosa y buscamos la manera que nada alrededor le haga daño, buscamos la manera que nuestras propias acciones no las dañe, buscamos la manera de evitar que las palabras, las actitudes y los comportamientos nuestros las ponga en riesgo. No se trata de sobreproteger a la otra persona, claro que no, cada uno es dueño de sí mismo, cada uno es autogestor de su proyecto de vida, cada uno tiene la dirección de su existencia y es responsable con ella; pero si se trata de evitar por todos los medios posibles dañarla.
Si, a veces nuestro egoísmo dañe a los que amamos. A veces nuestras propias taras dañan a los que amamos. A veces nuestras incapacidades no le permiten a los demás realizase y terminan siendo tapias que no les permiten avanzar.
Hoy yo quisiera insistirles a todos en cuidar a la persona que ama y que eso sea explícito, que la otra persona sepa claramente que tú la cuidas.
No entiendo cuando en una relación de pareja hay agresiones de ningún tipo. Me duelen las agresiones verbales, me duelen las agresiones emocionales y aún peor las agresiones físicas; no entiendo cómo alguien puede formar una relación de pareja, con alguien que lo agrede, con alguien que lo pon en riesgo, con alguien que lo hace sufrir. Eso implica que tú no estás sano, cuando permites que la otra persona en vez de cuidarte, lo que haga es dañarte, lo que haga es maltratarte; es porque no está sano, es porque tú no estás haciendo las cosas bien. No podemos dejar bajo ninguna circunstancia que una persona nos dañe, que una persona nos maltrate, que una persona nos haga sufrir; al contrario, las personas que nos aman tienen que hacer todo lo posible por cuidarnos.
¿Y qué significa cuidarnos? Evitar al máximo que suframos por causa de ellas, ayudarnos a sanar heridas, ayudarnos a cargar las cargas de la vida; es así, eso es una relación afectica, eso es una relación de amistad, eso es una relación de pareja, eso es una relación de padres e hijos.
A veces me encuentro con hijos que no cuidan a sus padres, sobre todo cuando ya estos están mayores, cuando estos han comenzado a vivir la tercera edad, esos años dorados y se encuentran solos, abandonados; sus hijos no están cerca, sus hijos no ayudan, no colaboran. Eso, no está bien, eso me parece terrible, eso muestra que no saben amar.
Bien hacen los padres que cuidan a sus niños, que cuidan a sus bebés y siempre están atentos a cuidarlos, no solo porque los niños nacen casi que inaptos para a vida, sino porque todos necesitamos ser cuidados en la historia, ser cuidados mientras vamos construyendo la vida, mientras vamos sumando los días que pronto serán la vida completa.
¡Hey! Yo quisiera hoy invitarte a ti a preguntarte si ¿Tu estas cuidando a las personas que dices amar o las estás exponiendo al riesgo, o estás tú contribuyendo a que sufran, o estás tú generando espacios en los cuales ellas, esas personas no se sientan bien? ¿Qué estás haciendo en tu relación afectiva? ¿Cómo es ese vínculo que tienes? ¿Te ayuda? ¿Te hace crecer? ¿O definitivamente es un ancla que no te permite fluir, es un ancla que no te permite navegar?
Siempre me ha impactado el pequeño tamaño del ancla en comparación con el buque gigante. Cuántas veces ahí en el puerto de Santa Marta veía esa experiencia y me golpeaba mucho ver que cómo un ancla que comparada con el buque es pequeña, termina imposibilitando el movimiento, el fluir del barco. ¿Así es tu relación? Tú tienes que crecer, tú tienes que salir adelante. Eso es lo que tu hoy tendrías que pensar y lo que tu hoy tendrías que vivir. Tu experiencia de Dios te ayuda a cuidar a los otros, si hay alguien que nos cuida de verdad es Dios.
A mí me impresiona mucho la respuesta de Caín cuando Abel ha muerto, cuando él ha asesinado a Abel. ¿Dónde está tu hermano? le pregunta Dios y qué responde Caín ¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano? ¿Acaso yo soy el cuidador de mi hermano?
¡Lástima! En la fraternidad, en la amistad, en el amor, de alguna manera somos guardianes de nuestros hermanos, de nuestros amigos, de nuestras parejas; las cuidamos, no quereos que sufran, no queremos que padezcan, no queremos que lloren.
Insisto, no las sobreprotegemos, las dejamos ser pero sabemos cuidarlas y sabemos buscar la manera que estén bien, por lo menos hacemos lo que nos corresponde a nosotros. No basta con consentirlas, no basta con la ternura, es necesario también cuidarlas y ahí hay preguntas que tendríamos que hacer. ¿Qué tanto estamos cuidando a las personas que decimos amar? ¿Qué tanto estamos cuidando a las personas que forman parte de nuestra historia, que forman parte de nuestros círculos íntimos? ¿Somos realmente garantes de su felicidad? ¿O no nos importa si sufren y si lloran?
No entiendo el amor cuando la otra persona llora, no entiendo el amor cuando la otra persona sufre, no entiendo el amor así. Nadie que agreda a otro puede decir que lo ama, claro que no, claro que no.
Pbro. Alberto Linero Gómez.  (Septiembre 05 - 2017)
                       ❤. ː̗̀†ː̖́ .
Para ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
🎵Felizdía🎵 El Padre Dios nos cuida, nos entrega su amor y nos bendice día a día queriendo sigamos su ejemplo, vivamos a su manera; amando, sirviendo y cuidando a los demás, sobremanera, a los que amamos. ☺

No hay comentarios.:

Publicar un comentario