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Una bendición especial para ti. Clamo al Dios del cielo,
al Padre de Nuestro Señor Jesucristo que te bendiga, que te haga sentir su
Presencia, que hoy inicies tu este nuevo día, con la certeza de su amor, con la
certeza de su compañía, con la certeza de su ayuda.
Todos los días nosotros estamos convencidos de su ayuda, Él
no nos deja solos, Él no nos defrauda y por eso nosotros iniciamos nuestro día,
con fuerzas, con ganas, con ánimo, con esperanza. Iniciamos el día seguros de
su bendición, iniciamos el día seguros de su compañía que garantiza que vamos a
salir adelante y que nos va a ir bien.
Te bendigo, te deseo todo lo bueno.
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Hoy quisiera conversar de una frase
que a mi particularmente me gusta mucho, es una frase que en estos días
estuvimos pensando y estuvimos reflexionando. En el capítulo catorce, versículo
catorce de libro del Éxodo (Éxodo 14,14) dice: “Yahvé peleará favor de nosotros”
“Dios peleará a favor de nosotros.” “El Señor de los ejércitos peleará a favor de
nosotros.”
A mí me parece que esa frase nos
tiene que llenar de seguridad, que esa frase nos tiene que llenar de fortaleza,
que esa frase nos tiene que llenar de la certeza, si, que nos llene de
fortaleza, de seguridad y nos dé la certeza para vivir creyendo, confiando, en
la victoria.
Seguro nosotros somos hombres de fe,
usted está allí porque algo cree. Si usted llegó a la sintonía por casualidad
seguro algo quiere decirle Dios al corazón. Estoy convencido que Él pelea en
nuestro favor, que Él lucha en nuestro favor, que Él no nos deja solos, que Él
no nos abandona, que Él no nos deja, que Él nos llena de su alegría y que Él
nos llena de su paz.
Oye ¿En qué batalla estás? ¿Qué
batalla estás viviendo? ¿Contra la enfermedad? ¿Contra la soledad? ¿Contra una
ruptura afectiva? ¿En qué batalla estás? Esa batalla la tienes que asumir sabiendo
que Yahvé está a tu lado, sabiendo que el Señor, el Dueño de la vida, el que
todo lo puede, está a tu lado, sabiendo que Él no te va a abandonar, sabiendo
que Él no te va a dejar. Por eso en este momento te invito a poner todas tus preocupaciones,
todos tus miedos en las manos de Él.
. ː̗̀†ː̖́ . Señor, todo está en tus manos, yo
confío en Ti, yo creo en Ti, yo espero en Ti y yo estoy seguro mi Dios que
siempre quieres lo mejor para mi, en tus manos está todo, todo lo que vivo,
todo lo que soy. Confío y creo en Ti. Bendito seas mi Señor, alabado y
glorificado seas Tú que lo sabes todo y lo puedes todo.✿
Pero segundo, esa experiencia de fe
tiene que ser complementada con el compromiso de cada persona, de sacar
adelante su propio proyecto de vida. ¡Claro! Nosotros debemos dar la batalla y
sacar adelante nuestro propio proyecto de vida. Confiamos en Él, creemos en Él,
esperamos en Él pero nos comprometemos con nuestra vida, asumimos en serio
nuestra vida, tomamos buenas decisiones a partir de excelentes análisis.
Soportamos esas buenas decisiones con otras decisiones. Somos capaces de ser
constantes, persistentes, no nos dejamos llevar por la desesperación, por la
desesperanza, por el miedo; controlamos nuestras emociones, controlamos todo lo
que vivimos. Nos comprometemos a dar lo mejor. Él te acompaña en la batalla
pero tú tienes que dar la batalla también. Tú tienes que estar firme, tienes
que tomar una actitud de firmeza, una actitud que te lleve a no tenerle miedo y
a hacer las cosas bien.
Esa complementariedad que se da en
la actitud de fe y en la actitud de ser protagonista de mi historia, garantiza
que vamos a salir bien, garantiza que vamos a sonreír, garantiza que vamos a
poder levantar las manos y que vamos a decir: “Lo hice, pude vencer. Lo hice,
pude ganar.”
Yo sé que no es fácil, yo sé que es
complejo, yo sé que es difícil, pero estoy convencido que se puede.
Oye, no tengas miedo, Dios está
contigo, pero tienes que ser inteligente, tomar las mejores decisiones, ser
constante y perseverante, en sacar adelante tu proyecto de vida. Yo confío y
creo firmemente en que vas a salir en victoria, en que vas a levantar los
brazos y vas a decir: “¡Pude, lo logré!”
Yo también tengo batallas fuertes,
batallas difíciles, pero ¡Hey! Salimos adelante, somos más que vencedores y hoy
quisiera que tú así lo vivieras y así lo entendieras, y que este día fuera un
día de victoria, y fuera un día de optimismo, y fuera un día de esperanza, y fuera
un día en el que tú te sintieras capaz de alcanzar y de dar la batalla de la
mejor manera, como tienes que hacerlo y como definitivamente lo vas a hacer.
¡Ánimo! Que Dios está contigo. ¡Ánimo! Que Dios no te deja. ¡Ánimo! Que Dios no
te abandona.
Nosotros tenemos la figura del Ángel
de la Guarda, que es la Presencia personal de Dios a nuestro lado. No sé si de
niño te enseñaron a rezarle al Ángel de la Guarda, yo normalmente todavía hoy le
rezo al Ángel de la Guarda porque creo que Dios me cuida personalmente, porque
creo que Dios me cuida personalmente, porque creo que Dios está al lado dando
la batalla conmigo, ayudándome para que yo no desfallezca, para que yo no sea
inconstante y para que alcance los objetivos que me he propuesto.
Bendito sea Dios que hoy te anima
¡Hey pilas que tu puedes! ¡Hey, no te dejes, que tu estas llamado a sonreír,
que tu estas llamado a creer, que tu estas llamado a vencer todas las
dificultades!
Confío y creo en que lo vamos a hacer,
confío y creo en que podremos hacerlo. Vamos a darlo todo y vamos a triunfar
porque Dios está con nosotros, porque Dios no nos deja, porque Dios no nos
abandona. ¡Ánimo y fuerzas que hoy es el día! ¡Ánimo y fuerzas que podremos
vencer! ¡Ánimo y fuerzas que tu, eres capaz! Dios confía en ti y seguro tú
también confías en Él. Bendito sea Dios, alabado y glorificado sea Dios, para
Él el honor, para Él la gloria. Bendito, bendito sea su Santo nombre.
Pbro. Alberto Linero Gómez. (Septiembre 29- 2017)
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Para
ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
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