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Una bendición especial para ti. Clamo al Dios del cielo
que te llene de su alegría y que te llene de su gozo. Clamo al Dios del cielo
que en este momento abra su mano poderosa y deje caer sobre ti toda la
bendición que tú necesitas para hacer de este día el mejor de los días. Él te
quiere feliz, Él te quiere sonriendo y Él te acompaña, te da fuerzas para que tú
salgas adelante. No tengas miedo que Él está contigo, no tengas miedo que Él no
te abandona, no tengas miedo que Él te llena de su fuerza para que tú salgas
adelante.
Hoy no pienses en los errores que has cometido sino piensa
en que tienes la fuerza, tienes la capacidad, tienes las habilidades que
necesitas para hacer las cosas bien y para salir adelante. Te animo a confiar y
a creer en ti, te animo a confiar y creer en el Dios de la vida que no te
abandona. ¡Ánimo! Que Él está contigo.
Déjame y te bendigo al iniciar este nuevo día:
. ː̗̀†ː̖́ . Padre Dios, te doy gracias porque
eres Tu el que a diario nos acompañas, te doy gracias porque eres Tu el que nos
das un nuevo día. Te doy gracias porque Tú nos amas, te doy gracias porque Tú
todos los días nos das fuerzas para que salgamos adelante.
En este momento Padre Dios, sabiendo
que Tu nos amas, sabiendo que somos importantes para ti, te suplico una
bendición grande, una bendición poderosa, una bendición misericordiosa, sobre
cada uno de aquellos hermanos que nos están viendo y escuchando en este momento.
Glorifícate en ellos, hazles sentir tu alegría, dales la salud que requieren,
abre caminos de bendición para ellos y haz tu Señor que todo salga bien en sus
vidas; sostenlos y ayúdales a ser felices. Bendícelos hoy y bendícelos siempre,
te lo pedimos Padre en el nombre de tu Hijo Jesús, que vive y reina por los
siglos de los siglos.✿
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Siempre me ha impresionado el texto
de capítulo 14 del libro del Éxodo. ¿Por qué me impresiona? Es el paso del Mar
Rojo ¿verdad? Está narrado en varios relatos del Pentateuco y aún en algunos
salmos hay menciones, pero a mí me gusta eso relato del capítulo catorce del
Éxodo porque creo que nos muestra la actitud que debe tener un creyente frente
a los grandes problemas de la vida, si porque hay grandes problemas; hay
pequeños problemas que uno puede solucionar con una palabra, con un trabajo,
con una acción ¿cierto? Problemas difíciles chiquititos que uno puede resolver
y que un puede resolver, bueno, tomando la decisión correcta, pensándolo bien.
Hay problemas más medianos ¡qué miércoles! Ya nos hacen tu sabes; son más complejos pero los podemos
resolver. Hay unos problemas que son inmensos, hay unos problemas que son
gigantes y que se salen de nuestra esfera de control, que se salen de nuestra
capacidad; es decir, que si uno compara
la fuerza que uno tiene y el problema uno dice ¡Guau! No puedo ¿verdad?
¿Qué hacer en esos problemas?
La imagen de este relato es hermosa,
sin duda es una construcción bastante llena de epopeya, ellos están en una
encrucijada que se sale de su control; por delante el Mar Rojo y por detrás el
ejército más importante, más preparado de ese momento, el ejército egipcio y a
los lados montañas que no les va a permitir hacer nada.
¿Cómo salir de esa situación? Es la misma
situación que uno tiene en un diagnóstico de una enfermedad. Cuando a mi me
toca hacerme exámenes de diagnóstico me asusto porque uno no sabe, depende de
que la señora que te está haciendo la ecografía diga “Oye Humju! y hasta ahí. O
depende de que los resultados el médico pone cara y hasta ahí. Es decir, yo me
asusto porque eso ya no depende de mí, otros problemas los puedo resolver yo.
No sé, cuando uno está pendiente de alguien que ama y ese alguien que ama está
cada día cometiendo, y cometiendo, y cometiendo cada día más errores ¿Qué hace
uno? ¿Cómo soluciona uno eso? Difícil situación ¿verdad? Difícil situación.
Compleja situación, pero bueno, esa es la vida, así es la vida y así nosotros
debemos salir adelante y así nosotros tenemos que vencer.
¿Con qué actitudes? Las actitudes
yo se las he repetido muchas veces pero hoy quiero volver a compartir con
ustedes, están en el capítulo catorce, versículo trece del libro del Éxodo.
Dice:
1° “No temas.” Lo primero que hay
que controlar frente a esas situaciones que se salen de nuestras fuerzas es el
miedo, porque el pánico nos lleva a destruirnos, el pánico nos lleva a perder
toda posibilidad. Lo primero es eso, lo primero es controlar nuestro miedo, por
eso la Palabra dice “No temas” porque si tú te dejas arrastrar por el miedo, si
tu te dejas arrastrar por lo que eres seguramente vas a terminar destrozado,
seguramente vas a terminar muy mal.
2° “Estad firmes.” ¡Ah sí! Uno
tiene que estar siempre firme, uno tiene que tener los pies sobre la Tierra y
siempre en esa posición que le permite a uno no caerse fácilmente. Pero esa
firmes es en las ideas, esa firmeza es en las certezas que uno tiene, esa firmeza
es en, ha sido de las verdades que forman parte del corazón de uno, que uno no las
puede estar abandonando, que uno no puede estar bailando, púyame hoy por aquí,
hoy por acá. No, uno tiene que vivir firme la vida. ¡Claro! Es así.
3° “Ved la salvación que hará Dios
hoy con vosotros.” Ah, eso es lo tercero, tener la capacidad de visualizar las
soluciones, de visualizar las acciones de Dios en la vida, visualizar respuestas.
Si, tenemos que mirar con ojos de fe, no podemos ver la vida con los ojos de la
tristeza y con los ojos de la desgracia porque si uno vive la vida con los ojos
de la tristeza y con los ojos de la desgracia pues nada funciona, todo está
perdido, nada va a ser bueno.
Por favor, hay que ver la vida con
ojos optimistas, con ojos de esperanza, con ojos de fe.
Y dice lo otro:
4° “Porque los egipcios que hoy han
visto, nunca más los volverán a ver.” Dice el versículo catorce “Porque Dios,
el Señor de los ejércitos peleará por vosotros y vosotros estad tranquilos.”
Lo cuarto entonces es tener la conciencia de
que Dios no nos abandona, que Dios está con nosotros, que Dios mete mano, mete
mano en favor de nosotros y eso lo creemos, pa eso tenemos fe, pa creer esas
cosas, pa confiar en eso. Que me toca trabajar, que me toca luchar, que me toca
ser inteligente, que me toca tomar la mejor decisión, obvio; pero confío y creo
en que Él está conmigo y en que Él lucha a mi favor, en que Él no me deja, en
que Él no me abandona. Cuidado con eso….
Oye allí están las actitudes frente
a esos problemas gigantes, frente a esos problemas tú sabes, frente a esos Goliat
que experimentamos muy seguido en la vida porque o sabemos cómo vencerlos. Nos
ha dicho cuatro cosas:
1.- Controlar el miedo, no tenerle
miedo.
2.- Estar firmes, en las verdades
que tenemos.
3.- Visualizar soluciones, ver con
los ojos de Dios.
4.- Saber que Él está en nuestro
favor, saber que Él pelea en nuestro favor.
A mí me fascina el Éxodo, catorce,
catorce (Ex 14, 14) “El Dios de los ejércitos peleará en tu favor.” ¡Guau! A mi
eso me llena de esperanza, a mi eso me llena de ánimo me llena de ganas de
vivir, me llena de ganas de salir adelante; después de eso no le tengo miedo a
la vida, aunque la vida es dura, aunque cometemos errores, pero no le tengo
miedo Dios sabe, tu sabes, Dios sabe y
eso es fundamental para seguir, y es fundamental para vencer.
Pbro.
Alberto Linero Gómez. (Septiembre 26- 2017)
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Para
ampliar esta reflexión los invito a ver el vídeo:
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