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“Le pido al Dios de la vida que te bendiga, le
pido al Dios de la vida que te llene de su amor, que te llene de su paz. Le
pido al Dios de la vida que actúe con su poder y con su misericordia en tu vida
en este momento. Le pido a Él que te ama, que me ama, que actué con
misericordia, con su poder sanador, con su poder liberador, en tu vida. Te
llene de su alegría, te llene de su gozo y haga que tu vivas el mejor de los
días, y haga que tu vivas la mejor experiencia de todas.
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Hoy quiero compartir con
ustedes dos temas que para mí son muy importantes en la manera de vivir de un
cristiano.
Nosotros somos capaces de
criticar, somos capaces de hacer análisis críticos, somos capaces de evaluar,
de contrastar, de entender las realidades, pero, respetamos a las personas. Es
muy importante que hoy pensemos en eso, porque a veces creemos que la crítica
es menospreciar, destruir, dañar al otro y no, un verdadero creyente es un
hombre crítico, no se deja meter los dedos en la boca, es alguien capaz de
decir: “Eso no está bien”, es alguien capaz decir: “Eso no me parece”, es
alguien capaz de decir: “Al contrastar esto con el ideal, no funciona por esto,
por esto y por esto.” Con capacidad crítica, pero no pisotea, maltrata y daña a
los otros.
A veces me asusta el
matoneo que encuentro en algunas redes sociales y digo matoneo, porque es
montársela a alguien hasta el extremo de dañarlo, hasta el extremo de pisotear
su dignidad, hasta el extremo de burlarse de todas sus maneras y de todas sus
formas. Eso no está bien, yo no creo que esa sea la manera de comportarse de un
verdadero creyente, de un hombre que entiende que es hijo de Dios, de un hombre
que entiende que es hermano de los demás, de un hombre que entiende que puede
hacer un análisis, que puede hacer una crítica, pero que siempre respeta al
otro.
Algún día, tras un partido
de la selección Colombia, matonearon a un jugador de futbol, constantemente,
pero de manera exagerada y yo escribí diciendo: ¡Hey! ¡Cuidado! No es esa la
actitud, no es esa la idea y ¡claro! me dijeron ¡No! Uno tiene derecho a
criticar. Si obvio, tú tienes derecho a criticar, tú tienes derecho a decir
jugó mal tú tienes derecho a decir no está bien, tú tienes derecho a decir creo
que se equivocó; tú tienes derecho si eres un buen analista, no, por hacer
marca el hombre dejó la zona, lo que quieras, pero no tienes derecho a acabar
con su dignidad, a pisotearlo y a asentir que tu lo eres todo y que él no es
nada. Yo no creo que eso esté bien; a mi me parece que en la vida diaria
necesitamos aprender a respetar, por eso me gusta tanto la palabra asertividad,
por eso me gusta mucho que la gente trabaje, estudie, haga talleres, busque la
manera de ser asertivo, es decir, de saber decir la verdad; de mirar a los ojos
y decir: “yo no estoy de acuerdo con esto”, “yo no creo esto”, pero hacerlo de la mejor manera. Hacerlo
siempre con las palabras, en el momento, con el tono, con los sentimientos
adecuados, indicados, porque si no,
corremos el riesgo de hacer sufrir a los otros innecesariamente y eso no
nos aporta nada. Decir que tú no sirves para nada, decir que tu eres bruto,
decir que tu eres inculto, decir que tu…; eso no sirve para nada eso a mí no me
hace mejor persona, eso a mí no me hace ser más grande, eso a mí no me hace
ser…, lo único que muestra es que soy un irrespetuoso, lo único que muestra es
que no se valorar a los demás.
A mí a veces me llegan críticas, normalmente
las contesto con amabilidad y con cariño. Muchas de ellas han iluminado mi
vida, muchas de ellas me han hecho consiente de errores que no había tenido
presente, de errores que no me había dado cuenta y esas críticas me han hecho
crecer, y esas críticas son importantes. Otras veces me encuentro con groserías
y me encuentro con palabras y expresiones que lo único que pueden lograr de mí
es un silencio y un decir: “no me interesa”, porque primero está el respeto, primero
está el que yo sepa que tú eres hijo de Dios, primero está el que yo sepa que tú
eres valioso, primero está que yo sepa y yo entienda que tú mereces tanta
dignidad como yo. Seguramente no has leído los libros que yo he leído,
seguramente no tienes el dinero que puede tener tal o cual persona, seguramente
sí, todo eso lo entiendo y todo eso lo comprendo pero ojo, eres valioso, eres
hijo de Dios. Eso es lo que nos muestra en el Nuevo Testamento; seguro Jesús no
está de acuerdo con el pecado, seguro Jesús llama al pecado por su nombre, pero
valora, respeta y tiende la mano a aquellos que son pecadores; valora, respeta
y tiende la mano a aquellos que están fallando, a aquellos que se están
equivocando, a aquellos que no están actuando bien.
Algunas veces creo que
algunos se sienten grandes cuando con sus críticas empequeñecen a los otros.
Algunas veces creo, que algunos se sienten sanos, y mejores y felices cuando
logran destruir con su lengua y con su pensamiento al otro; y eso lo único que
muestra son las enfermedades que hay en el corazón de las personas.
Se respetuoso, se crítico.
Claro que tienes que ser crítico, claro que tienes que decir no me gusta esto,
claro que decir eso no está bien, no es lo que yo quiero pero ojo, se
respetuoso, se respetuoso con los demás, se respetuoso con aquel que está
intentando, está luchando; seguramente no es todo lo que tú quieres, pero vale
la pena.
¡Cuidado! ¡Cuidado! Yo
recuerdo que a mí a veces un señor que
yo respeto por su edad, tiene un pocotón de años, no ha hecho mucho pero tiene
un pocotón de años, siempre me descalifica y dice cosas duras, cosas difíciles,
yo siempre le respondo, bueno, siempre digo: “Hombre, esta persona, tan
brillante, porque no usa su brillantez para construir, para ser más propositivo.”
Pero no, a algunos les fascina destruir.
Para mi hoy lo primero, ser
crítico, pero, ser respetuoso de los demás, que nadie se sienta maltratado por
lo que tú estás diciendo o por lo que tú estás viviendo.
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Ahora, segundo tema, es
bien importante que en nuestras relaciones interpersonales, nosotros seamos
conscientes de la necesidad, escúchame bien, de la necesidad de tratar a los
otros amablemente.
Ayer Pablo nos invitaba a
vivir en amabilidad y a veces a nosotros se nos olvida que es necesario ser
amable, que es necesario que cada uno de nosotros se esfuerce por tratar de la
mejor manera al otro, se esfuerce por usar las mejores palabras con el otro, se
esfuerce por hacer sentir bien al otro.
Una de las cosas que a mí
me impacta en la vida y yo todas las mañanas hago una caminata, y saludo a las
personas y hay gente que ni te saluda. O tú entras a un ascensor y por esas
cosas de la vida dices: “Buenas tardes, buenos días cómo están.” Y uno dice por
Dios, no, hay que ser amable, que quien llegue a encontrarse contigo, se sienta
bien; se sienta tratado, se sienta valorado; sienta que es una persona importante,
que es una persona valiosa y que merece tu atención. Amabilidad.
Vamos a orar un momento…
ː̗̀†ː̖́ “Padre Dios, en
esta mañana te entregamos nuestra vida, en esta mañana te entregamos todo lo
que somos. En esta mañana te entregamos Señor, nuestros sueños, nuestros
planes, nuestros proyectos. En esta mañana Señor, te pedimos que seas Tú, el
que los hagas realidad; si, nosotros lucharemos, nosotros nos esforzaremos,
pero te suplicamos Señor, que seas Tu el que nos ayudes.
También Señor, te pedimos salud,
Tu sabes si estamos, Tu sabes qué a pasado en nuestro ser. Hoy te pedimos que
pases tu mano sanadora sobre nosotros, hoy te solicitamos Padre amoroso que en
tu hijo Jesús nos des la salud. Señor, sánanos, pronuncia esas palabras que
sanan; dinos como le dijiste a tantos hombres de la Biblia “Tu fe te ha sanado.”
Dinos como le dijiste tal vez a Bartimeo: “Quiero, queda sano.”
Hoy Señor, quiero que Tu, nos bendigas de manera especial; Tú conoces
nuestras batallas, Tú conoces nuestros esfuerzos, llénanos de Ti.
Bendice a nuestras familias, bendice a nuestra casa. Que cada rincón de
Tu casa, de mi casa Señor, esté lleno de Ti, esté lleno de tu Presencia, esté
lleno de tu poder. Que no haya nada malo en casa, expulsa con tu poder, expulsa
con tu misericordia en este momento toda mala influencia que haya en casa. Déjanos ser tuyos, que
nuestra casa te pertenezca, toma posesión Padre Dios de nuestra casa, lávala
con tu sangre y en cada rincón de ella haz un altar tuyo, porque somos tuyos,
te pertenecemos a Ti, necesitamos de Ti, y confiamos en Ti.
Señor, bendícenos, bendícenos hoy y siempre, y danos tu alegría, y
danos tu ánimo, para hacer de este día el mejor de los días. Gracias Señor por
bendecirnos, gracias Señor por hacernos entender que Tú no nos dejas, que Tú no
nos abandonas y que Tú quieres que siempre, seamos felices. Confiamos en Ti,
creemos en Ti, esperamos en Ti.”
Pbro. Alberto Linero
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Cuando el Pbro. Linero nos menciona a Pablo invitándonos
a ser amables, para ampliar el tema podemos buscarlo en la Biblia en Efesios 4.
Para
escuchar el audio con la reflexión e aquí el enlace para ello: https://drive.google.com/file/d/0B4V8rL5UAbhRS1FabXhpcU1mN1k3SGJWb0RhZDJHa0RKTkw4/view?usp=sharing
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